Posiblemente nos encontremos ante los dos deportes que más masas mueven en
toda Europa, dos deportes de equipo, de cooperación y oposición, en los que hay
contacto y por ello una gran rivalidad entre jugadores, entrenadores, clubes y
aficiones. Aparentemente con estructuras muy similares, pero si profundizamos
un poco en ambos nos daremos cuenta de que no, que no son tan iguales, es más,
tienen bastantes diferencias, a nivel institucional, educativo y social. Hablo
del nivel de violencia existente en el fútbol y en el baloncesto.
porque cambie. Está claro que tanto en el deporte como en la vida misma puede
haber casos excepcionales, aislados de la normalidad en los que se producen
enfrentamientos y con ellos aparece violencia, tanto verbal como física.
Pero seguramente todos los seguidores del deporte lean cada semana algún caso de violencia en el fútbol, mientras que en el baloncesto estos hechos ocurren muy de vez en cuando. Pues esto tiene una explicación, un motivo, que mucha gente sabe pero que pocos hacen porque cambie.
El deporte rey de nuestro país, el fútbol, es seguido por millones de personas, muchos niños que están en un proceso de formación como persona. Estos obviamente cogen ejemplo de los “grandes” futbolistas, “grandes”deportivamente hablando, no en el ámbito educativo donde la gran mayoría de ellos dejan mucho que desear. El deporte en sí es una práctica educativa y social, pero una vez llegado al mundo profesional esto cambia y se convierte en un negocio, donde priman los contratos multimillonarios ante los valores.
“FALTA EDUCACIÓN EN EL FÚTBOL PROFESIONAL,
Y ESO ES
ALGO BASTANTE GRAVE”
Los clubes comienzan a funcionar como meras empresas, en muchos casos olvidándose de la repercusión mundial que tienen sus acciones. Este problema viene desde arriba, desde los máximos mandatarios de las instituciones, ya sean regionales, nacionales, europeas o mundiales, cada una de ellas funciona igual de mal, desde la federación canaria de fútbol hasta la FIFA, y tristemente son los que más pueden cambiar esta complicada situación.
Los clubes comienzan a funcionar como meras empresas, en muchos casos olvidándose de la repercusión mundial que tienen sus acciones. Este problema viene desde arriba, desde los máximos mandatarios de las instituciones, ya sean regionales, nacionales, europeas o mundiales, cada una de ellas funciona igual de mal, desde la federación canaria de fútbol hasta la FIFA, y tristemente son los que más pueden cambiar esta complicada situación.
El baloncesto en cambio aporta mucho más a esta sociedad, a todos esos niños con unas ganas infinitas de tener un ídolo al que parecerse. Nos encontramos ante un deporte mucho más cercano, familiar y educativo, donde cada jugador de cada equipo, salvo algunas excepciones, hará lo que sea por hacer feliz a cualquiera de esos aficionados que están en el pabellón cada semana. El ejemplo perfecto es cuando acaban los partidos y el equipo sale de nuevo y da una vuelta por el pabellón firmando autógrafos, regalando camisetas o sacándose fotos. Será por el nivel educativo de las personas que trabajan en él, desde presidentes de instituciones y clubes hasta los mismos jugadores, por lo que apenas existe violencia entre aficiones, es más, cada partido puede ser una auténtica fiesta entre ellas. Cada aficionado debería aportar su granito de arena para que su deporte sea el mejor, moralmente hablando, siendo castigadas acciones que perjudiquen la imagen de este y por supuesto que pongan en peligro tanto a jugadores como a aficionados.
DEL NIÑO,
TANTO EN EL DEPORTE
COMO EN LA VIDA”
La verdad es que desde pequeño he sido futbolero, pero a medida que he ido creciendo me he dado cuenta que el fútbol no imparte los valores que debería, a diferencia del baloncesto. Quizás sea un problema que viene desde muy atrás, muchos años siendo así, pero nada que no pueda cambiar con el esfuerzo de todos. Ya se hizo en Inglaterra, en la Premier League. Allí apareció el fenómeno de los violentos “hooligans” y ahora, algunos años más tarde, son un ejemplo mundial en cuanto a aficiones y estadios. Es emocionante ver a la afición del Liverpool cantando “you will never walk alone” a la salida al terreno de juego de su equipo o ver el colorido y lleno “Old Trafford” cada partido de su equipo. No puede ser que a niveles de benjamines, alevines, infantiles, etc pase lo que está pasando en cada campo de fútbol de nuestro país, todos esos padres deberían darse cuenta que son el mayor ejemplo para sus hijos y que estos seguirán sus comportamientos tanto en el deporte como en la vida. La competición es buena, son algunas personas quienes la hacen mala.
Carlos Castellano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario